
En el año 3000 a.C. data la primera cosecha en Súmer, en la antigua Mesopotamia. Al descubrir sus bondades, decidieron explotarla a Egipto, donde sería clave para su desarrollo.
Europa fue el primero en conocer el vino, y unos pocos años después, el cultivo de la vid llegó incluso a China.
El cultivo de la vid alcanzaría su total desarrollo en el año 700 a.C. gracias a su llegada a la Antigua Grecia.